La temática de la obra expuesta concierne al síndrome de Diógenes. Este síntoma logra que el individuo, tras la auto-creación de un sentimiento de aislamiento y de pobreza en su propio hogar, recopile grandes cantidades de desperdicios domésticos que la sociedad previamente ha rechazado. Estos objetos, gracias al enfermo, adquieren el valor que previamente con el anterior dueño ha sido otorgado con su adquisición y eliminado con su desuso. Para él, conforman la solución a su estado, son elementos útiles para la creación de un mundo imaginario que le consiguen alejar de su problemática social o económica en la que se ve inmerso. De esta forma, logran adquirir de nuevo el valor que la gente había desechado de ellos.
Aplicando este concepto a la obra realizada, surge la idea de simular un parecido a una de las casas en las que se podrían producir las consecuencias de este síndrome, pero en esta ocasión, extrapolándolas al mundo del arte. Esto quiere decir que todos los elementos utilizados para su recreación han sido recogidos gratuitamente de la calle para posteriormente, ser pintados de dorado. Finalmente, este color es el medio claro y visual que se ha querido utilizar para transmitir el mensaje conciso de la exposición: el valor artístico que le podemos dar a cualquier elemento del que en un principio carecía.
Consecuentemente de su resultado, se han creado las obras. En ellas se han utilizado en su mayor parte elementos reciclados que carecían de un atractivo general, pero que después acompañados de ideas, lo han obtenido a título personal, fuera de su aspecto económico.
El símil más obvio con el enfermo que dota a los elementos acumulados de un valor mucho más importante, aquel íntimo y personal que solo él conoce.